Los eternos enamorados de la calle molinera.
Se cuenta por las calles de la villa de san Felipe y Santiago, una historia de amor, se dice unos años después de su fundación, por ahí por el año de 1635 existieron unos jóvenes que se prometieron amor eterno.
Los jóvenes llevaban por nombre Ana Montenegro y Joaquín Beltrán, ambos hijos de terratenientes, dueños ambas familias de los molinos , de ahí el nombre que recibe la calle donde se sitúa nuestra historia la calle molinera, los jóvenes se conocieron un día de aquellos en la que el calor obliga a salir a refrescarse a las orillas del rio petatlan, ella y apenas se mojaba sus piernas sentada en una piedra , sus mejillas rosadas por el calor, cuando a distancia aparece un jinete en su corcel blanco como la niebla, el jinete era un joven apuesto de test blanca, robusto el jinete era Joaquín Beltrán, en ese momento justo en el que el pasaba por enfrente de ella , sus miradas se cruzaron y como una llama recorrió el cuerpo de ambos, la atracción de la nada, aquella tarde la pasaron juntos, esa tarde fue inolvidable para ambos, ellos se entregaron a la pasión que había nacido de la nada y justo ahí en la rivera del caudaloso rio se juraron amor eterno, hacia trascurrieron todas las tardes de aquel verano caluroso y ellos puntuales a las 5 de la tarde estaban en las orillas del rio para cumplir su cita pactada, ninguno de los dos faltaban, si un embargo la familia Montenegro extrañados de que Ana saliera todas las tardes de casa un día decidieron mandar a su hermano mayor Antonio Montenegro a espiarla, para su sorpresa Ana se miraba a escondidas con un joven, pero no era cualquier joven era Joaquín de la familia Beltrán, para esto la familia Montenegro y la familia Beltrán tenían una absurda riña de tiempos atrás un pleito que ya ni sabían porque era pero o alimentaban además de ser los propietarios de los únicos molinos existentes en la villa, Antonio al ver esos sucesos se acelera y arma tremendo escándalo, a los jóvenes hasta tal grado que se arma un duelo, en el que el ejercito tuvo que intervenir, para separar a los jóvenes hacendados, aquella noche los jóvenes pasaron recluidos en la penintancialeria de la villa.
Mientras Ana paso la noche viendo la luna desde su balcón, la mama de Ana doña margarita Vizcaya de Montenegro trato de hablar con al joven y le quería hacer ver por las buenas que esa relación era imposible debido a los problemas que ambas familias tenían, que aun absurdos pero era ya como una tradición seguir con esa pleito, además le hizo ver que ella tenía que cumplir con el acuerdo que sus padres habían hecho el día que ella nació, el de casarse con el hijo del duque de salamanca con Federico Baroja , sin embargo Ana no sentía nada pro aquel joven, Ana trato de hacer ver a su madre que ella no amaba a Federico y le comento lo que se decía en todo España sobre Federico y sus preferencias sin embrago su madre hiso caso omiso y le
advirtió que esa misma noche dejaba la villa para embarcarse rumbo a salamanca, Ana escribe una carta a Joaquín donde le promete regresar algún día y se la envía con un mozo.
Se cuenta por las calles de la villa de san Felipe y Santiago, una historia de amor, se dice unos años después de su fundación, por ahí por el año de 1635 existieron unos jóvenes que se prometieron amor eterno.
Los jóvenes llevaban por nombre Ana Montenegro y Joaquín Beltrán, ambos hijos de terratenientes, dueños ambas familias de los molinos , de ahí el nombre que recibe la calle donde se sitúa nuestra historia la calle molinera, los jóvenes se conocieron un día de aquellos en la que el calor obliga a salir a refrescarse a las orillas del rio petatlan, ella y apenas se mojaba sus piernas sentada en una piedra , sus mejillas rosadas por el calor, cuando a distancia aparece un jinete en su corcel blanco como la niebla, el jinete era un joven apuesto de test blanca, robusto el jinete era Joaquín Beltrán, en ese momento justo en el que el pasaba por enfrente de ella , sus miradas se cruzaron y como una llama recorrió el cuerpo de ambos, la atracción de la nada, aquella tarde la pasaron juntos, esa tarde fue inolvidable para ambos, ellos se entregaron a la pasión que había nacido de la nada y justo ahí en la rivera del caudaloso rio se juraron amor eterno, hacia trascurrieron todas las tardes de aquel verano caluroso y ellos puntuales a las 5 de la tarde estaban en las orillas del rio para cumplir su cita pactada, ninguno de los dos faltaban, si un embargo la familia Montenegro extrañados de que Ana saliera todas las tardes de casa un día decidieron mandar a su hermano mayor Antonio Montenegro a espiarla, para su sorpresa Ana se miraba a escondidas con un joven, pero no era cualquier joven era Joaquín de la familia Beltrán, para esto la familia Montenegro y la familia Beltrán tenían una absurda riña de tiempos atrás un pleito que ya ni sabían porque era pero o alimentaban además de ser los propietarios de los únicos molinos existentes en la villa, Antonio al ver esos sucesos se acelera y arma tremendo escándalo, a los jóvenes hasta tal grado que se arma un duelo, en el que el ejercito tuvo que intervenir, para separar a los jóvenes hacendados, aquella noche los jóvenes pasaron recluidos en la penintancialeria de la villa.
Mientras Ana paso la noche viendo la luna desde su balcón, la mama de Ana doña margarita Vizcaya de Montenegro trato de hablar con al joven y le quería hacer ver por las buenas que esa relación era imposible debido a los problemas que ambas familias tenían, que aun absurdos pero era ya como una tradición seguir con esa pleito, además le hizo ver que ella tenía que cumplir con el acuerdo que sus padres habían hecho el día que ella nació, el de casarse con el hijo del duque de salamanca con Federico Baroja , sin embargo Ana no sentía nada pro aquel joven, Ana trato de hacer ver a su madre que ella no amaba a Federico y le comento lo que se decía en todo España sobre Federico y sus preferencias sin embrago su madre hiso caso omiso y le

pasaron los años Ana contrae nupcias con Federico pero el matrimonio nunca se consumó debido a que los rumores que se oían en España de Federico eran ciertos, Joaquín se en listo en el seminario, pero todas las tardes se escapa a las puras 5 de la tarde para acudir a las orillas del rio como aquel verano en el que conoció a su amor, pero un día de cómo si fuera una alucinación al llegar al rio vio unas mejillas rosadas por el sol, efectivamente era Ana que acudía al rio como si espera ver a Joaquín , aquella tarde recordaron viejos tiempos y se enteraron de lo que había pasado en sus vidas sus últimos años, para Ana fue toda una sorpresa y una tortura saber que Joaquín se había convertido en sacerdote, después de verse varias ocasiones a escondidas Joaquín decide abandonar los hábitos y huir con Ana, hacer lo que años atrás ninguno de los dos se habían atrevido a hacer. Aquella tarde Joaquín escribe una carta al señor obispo donde expone su caso y le pedí el retiro de su ministerio, sin embrago esa noche justo cuando Joaquín salía del seminario, el seminario es atacado por una revuelta de indios comandados por el indio Nacaveva , el seminario es saqueado y quemado, Joaquín al salir por la puerta trasera se encuentra aislado y es golpeado por una viga que es derrumbada brutalmente en ese momento el pierde el conocimiento, los gritos y los murmullos llegaron hasta el pueblo, gusto hasta el balcón de Ana donde ella se encontraba esperándolo Ana se ve envuelta en un ataque de desesperación al escuchar que no había ningún sobreviviente, Ana sale corriendo de su hacienda y se adentra en la noche oscura rumbo al rio y se sumerge con su hermoso vestido blanco, se sumerge hasta ahogarse en las claras aguas del rio, cuando Joaquín recobra su conocimiento y se entera de lo sucedió organiza una expedición y no descansa hasta dar con el cuerpo de su amada Ana, una vez que lo encuentra se encierra en su hacienda con el cuerpo y la sepulta en las muros que sostienen su hacienda , después de ese suceso nunca más se volvió a ver la cara de Joaquín, pues termino hundido en la locura, los habitantes de la villa volvieron a ver el rostro de Joaquín el día k derrumbaron las puertas de su hacienda y lo encontraron abrazado a un muro muerto, en su cara tenía una expresión de felicidad, los habitantes entraron a Joaquín en el mismo muro en el que su amada estaba enterrada, desde entonces se dice que sus almas vagan por la casa, amándose eternamente.
1 comentarios:
Ah... Leyenda, enamorados... Y uno que otro "k" arruinando una placentera lectura. Cuidado, cuidado...
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